[Tag] Lo que no queremos escuchar. Sobre ‘Invisible’ de Eloy Moreno

La violencia es un camino demasiado fácil para nosotros. No digo que seamos seres advocados a ello, pero sí que es cierto que nuestra creatividad para ejercerla hace que a veces, incluso, seamos violentos con el mundo sin quererlo. El problema es que eso nos genera impotencia, cuando somos espectadores, no entendemos por qué alguien opta por ese camino, pero a la vez no podemos poner la mano en el fuego por nuestra propia santidad. Un camino complicado y, sin embargo,…

La obra que reseñamos hoy es dura, porque nos enseña qué fácil y doloroso es este camino, que muchas veces no reside en la crueldad, o no solo, sino en la indiferencia. La novela se llama Invisible de Eloy Moreno, publicada por Nube de tinta. La he leído en el reto del Tag mensual que estoy haciendo y como lectura del plan lector. Espero que os guste.

** Contenido sensible: la obra trata sobre el acoso escolar, por lo que puede haber escenas explícitas o sugeridas que hieran la sensibilidad

¿Quién no ha deseado alguna vez ser invisible?

¿Quién no ha deseado alguna vez dejar de serlo?

El problema es que nunca he llegado a controlar bien ese poder:

A veces, cuando más ganas tenía de ser invisible, era cuando más gente me veía, y en cambio, cuando deseaba que todos me vieran, era cuando a mi cuerpo le daba por desaparecer.

Mundo construido

En un hospital un muchacho se despierta en mitad de la noche, un pitido le atraviesa la mente y no le deja dormir. Su familia está muy preocupada, él no quiere hablar del accidente y, sin embargo, saben que es el camino para poder sanar. A cierta distancia, una niña con cien pulseras piensa en qué podía haber hecho y qué lugar le queda a ella y, en otro punto, un niño con nueve dedos y medio piensa qué pasará con él si el niño del hospital se decide a hablar.

Con la mayor objetividad posible comienza esta novela contemporánea a la que se le podría poner el adjetivo de juvenil, pero que hacerlo sería mentirnos a nosotros mismos. A través de sus páginas nos lanzamos a la historia de un niño que estando en el hospital nos cuenta los sucesos que le hicieron tener superpoderes y para el que su gran pena es haberlos perdido después de un accidente.

Sin embargo, huelga decir que todos sabemos que la historia no va de esto, va de un niño al que le hicieron sentirse invisible y, como tal, quiso desaparecer.

Una historia, tres líneas

Para contarnos esta historia, el autor ha establecido dos estrategias en la exposición de la historia. Por un lado, tendremos capítulos cortos narrados en tercera persona que narrará de la manera más objetiva y aséptica posible. En ellos conoceremos los pensamientos y las acciones en tres líneas argumentales: la de nuestro protagonista, la de la amiga del protagonista y la del antagonista.

Por otro lado, tendremos capítulos narrados en primera persona, ya que son el testimonio de nuestro protagonista. En ellos se mezclará una fantasía salvadora y una realidad aterradora que golpearán en sus dos dimensiones al lector. Porque sí, nos encontramos ante la una historia sobre acoso escolar.

Más allá de lo que vemos

Sin embargo, a pesar de este spoiler que ya estaba mencionado en las advertencias, el tema de la novela es la violencia sistematizada. Por eso os decía que no solo es una novela juvenil, ya que podemos ver cómo adultos y adolescentes viven en un mundo violento donde parece que prima la supervivencia.

Podríamos a hora ponernos a examinar el hecho del adjetivo escolar, pero ese no es el quid de la cuestión. Serán dos los conceptos fundamentales en este sentido: el silencio y la invisibilidad.

En referencia al primero, la novela nos mostrará cómo mantener el silencio ante lo que vemos y sufrimos provoca que el status quo de violencia se mantenga. No importa lo que pensemos o cómo seamos nosotros con los demás si no somos capaces de romper el silencio que nos sobrecoge cuando vemos algo que no debe ser. Y paro aquí para decir que la novela no habla del bien ni del mal, porque no hay una pena moral para la violencia, la protesta tiene que ir en otro sentido, en relación a la integridad, la dignidad y la libertad.

En cuanto a lo segundo… pues es duro. Cabe decir que la novela no se corta en dejarnos ver tanto los mecanismos de defensa que a veces tenernos para poder seguir adelante, como los mecanismos de ataque para hacernos sentir la nada. La invisibilidad no llega cuando no se nos ve, literalmente, sino cuando no importamos nada a nadie, cuando los demás son capaces de pasarnos por encima porque es su lugar de confort, a pesar de ver y saber que uno no está bien. No es ignorar simplemente, es obviar.

Además, se nos une en la obra la realidad fuera de la presencia. Las redes sociales como medio de perpetuar eso que se mantiene de manera presencial, el silencio comunicativo con el resto de personas que no solo nos aísla, nos invisibiliza, sino que también provoca que estemos solo con nosotros mismos.

Lectura obligatoria

Pues creo que sí, no solo por los adolescentes que puede estar en alguno de los papeles que intervienen en esta historia (el que lo sufre, el que lo provoca o el que contempla), sino también por los adultos que sufren este tipo de violencia también a su alrededor.

La tragedia del acoso escolar es muy dura porque sus protagonistas son personas muy vulnerables que aún claman por la protección de los adultos. Sin embargo, como bien nos muestra la novela, el acoso es algo que trasciende ese ámbito, el familiar es otra área en donde podemos encontrarlo, y eso provoca que el hilo de violencia se perpetúe. Porque una vez que se es invisible, podemos volver a serlo y no es algo que dependa de nosotros.

Os recomiendo la novela, como literatura tiene una muy buena forma narrativa, pero os la recomiendo más por la trascendencia de sus temas, por la identificación que podemos tener en ella y por el aprendizaje que, desde luego, sacaremos de sus páginas. Espero que os animéis.  

El libro en el Bolsillo 

Puedes adquirir el libro 👉: Invisible de Eloy Moreno

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