[LC] El retelling no retelling. Sobre ‘Una corte de rosas y espinas’ de Sarah J. Maas

Los cuentos tradicionales siempre suscitan cierto aire de cosa mítica, de secreto oculto que tenemos que desentrañar. Quizá sea porque sabemos, desde bien temprano, que los cuentos que nos contaban de pequeños estaban algo edulcorados, y, bueno, creo que esto no es algo que le suceda a uno solo, ya que el estudio de los cuentos tradicionales ha obsesionado a más de un adulto como los Hermanos Grimm. Los cambios que encontramos de esa versión light a la «real» se deben a un montón de cosas: adaptaciones, censuras, problemas morales, problemas en las transmisión… Y sin embargo, siempre está ahí el qué me está diciendo el cuento y cuál es la verdad.

Hoy la reseña trata de esto, pero no me atrevo a decir exactamente que trata de esto. Muchos de los que han leído el libro del que voy a hablar han negado que sea una reescritura de un cuento tradicional y otros lo han odiado. Parece que si te posicionas en lo que dice en la opinión general y en el aspecto no «anti» todo el mundo se te va a echar encima, así que seré cauta, pero vamos, que hoy vamos a reseñar el retelling de La bella y la bestia.

Esta lectura la he hecho gracias al club de lectura que inició hace nada Lucía del blog En un bosque literario, y al que os anime que os apuntéis porque las lecturas son muy interesantes. ¿Y cuál es el libro? Una corte de rosas y espinas de Sarah J. Maas.

Feyre está desesperada, su vida y la de su familia dependen de ella. Enfrentada al hambre más absoluto, no dudará en ir al bosque prohibido y matar si es necesario. Pero su osadía la convierte en prisionera del misterioso Tamlin, quien a pesar de su aparente frialdad la hará descubrir una ardiente pasión que marcará su destino. Lejos de su familia y su mundo, Feyre tendrá que tomar una decisión capital para salvar todo lo que ama.

La renovación del cuento 

Feyre, una muchacha pobre, vive en la tierra de los humanos. Un muro separa sus tierras dela de los inmortales, los fae, antiguos seres mágicos que masacraron a la humanidad en una guerra hace muchos años. De esta guerra nació un tratado por el cual ninguno puede pasar al territorio del otro. Sin embargo, Feyre se adentra en el bosque que linda con el muro y comete un error, por necesidad. Tamlin, un ser misterioso con un algo bestial, acude a su casa para que pague por el error cometido. Feyre se adentrará así en un mundo desconocido que la cambiará para siempre.

Así comienza nuestra historia de hoy y, lo siento, se parece mucho al cuento de La bella y la bestia, pero al original, claro está. Sin embargo, no debemos olvidar que esto es una reescritura y debo decir que, para mi gusto, es una reescritura bastante, bastante buena. Si esto fuera una reseña con spoilers, vamos un análisis pormenorizado, podríamos ver paso por paso que efectivamente es La bella y la bestia y de qué manera ha innovado la historia. No obstante, vamos a intentarlo sin spoilers.

Frente al cuento tradicional, donde al final encontramos el esquema de chica guapa que tiene pretendientes, pero descubre el amor verdadero redimiendo a una bestia que en realidad es hombre, aquí encontraremos otra cosa. La pelea de nuestra protagonista no es ni siquiera con el orden establecido del mundo, su lucha es simple y llanamente con el hambre. Esto hará que encontremos a una muchacha luchadora, que se vale por sí misma y que, francamente, no depende de nadie. De hecho, dependen de ella y el error que comete viene dado por esta circunstancia, que el lector la justificará en su totalidad.

Además, encontraremos unos personajes típicos, como es la familia desagradecida, que poco a poco pasarán a un segundo plano, dando lugar a «la corte de rosas y espinas» a la que pertenece Tamlin y sus sirvientes, los lacayos leales. En ella, Feyre nos demostrará sus fortalezas, pero también sus debilidades, formándose así un personaje muy realista en cuanto a carácter y muy interesante en cuanto a cuáles son sus preocupaciones. Sin embargo, cabe reconocer que esta primera parte dedicada a la caracterización de Feyre es un poco lenta, y en la LC hemos acusado esos primeros capítulos de descubrimiento y exploración. Podrían haberse escrito con más agilidad.

Frente a ella, tenemos a Tamlin. Es difícil hablar de él sin decir nada, pero ante a la «bestia» que reclama el pago del agravio a Freyre, encontraremos a un ser no débil, pero sí vulnerable, no desapegado de las relaciones con otros seres, pero sí cauteloso en exceso con ellas. Esa idea del elemento masculino que sobresale por su poder e imposición no será tan patente en esta historia. Y como comentábamos antes con Feyre, es cuando se comienza a hablar de Tamlim cuando la historia se lanza y nos mantiene pegados a sus páginas.

Una mujer empoderada, un ser que teme al propio miedo y un elenco de personajes que engancha por su personalidad y diseño, aunque sean secundarios. ¿Qué más podemos pedir?

Un nuevo mundo con todo lo conocido

Pues lo que podemos pedir es la configuración del mundo que nos ofrece Maas. Reconozco que me he enamorado de las tierras de Prythian, ya que no solo sigue los tópicos de los cuentos de hadas, sino que ha introducido elementos de la fantasía épica que creo que confieren a la ambientación una madurez consolidada.

La tierra de los mortales se nos presentará polarizada en los miembros ricos de la sociedad y la población extremadamente pobre. Cierto es que apenas podremos conocer los juegos de poder en estas tierras porque en este primer tomo (la historia siendo autoconclusiva, tiene dos libros que la continúan) no aparecen en un porcentaje alto (aunque me da en la nariz que saldrán más, espero). Por su parte, la tierra de los inmortales, esta divida en cortes con características propias (como la Corte Primavera de Tamlin) y donde la magia y las sus criaturas vagarán libremente. Este mundo será tan bello como cruel en lo obvio. A lo que me refiero con esto es que no habrá reparos morales, el sexo, la muerte, el miedo, el amor se tratarán de una manera llana, son lo que son y así se muestran. Esto me encanta.

Toda rosa lleva su espina pero sigue siendo bella

Quizá una de las cosas que más me ha agobiado de la novela, que no disgustado, ha sido que la acción del final (aproximadamente el último 25% del libro) ha sido muy estática, pero muy densa en contenido y me daba la sensación todo el rato de que quedaban pocas páginas para todo lo que tenía que pasar. Unido a lo que he dicho del principio lento, hace que no le dé la puntuación máxima, pero reconozco que tengo unas ganas locas de seguir con el siguiente. Me he quedado atrapada en sus personajes y su mundo, tanto humano como mágico.

¿Recomendado? Sí, es una reescritura muy interesante, que innova el cuento, pero no pierde su esencia y que nos trae un nuevo mundo de fantasía que va mucho más allá de esta historia. Los personajes que tenéis por descubrir en él son apasionantes. 

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