[Reseña] El encanto de ser malvada. Sobre ‘Érase una vez… las villanas’ de Idoia Amo y Eva M. Soler

Nunca nos ponemos en el lugar de los malos, pero ¿por qué lo son?, ¿no tienen motivación? Es que siempre creemos que lo hacen por pura maldad, envidia, prepotencia, ¡porque sí! Pero ¿y si los malos tuvieran un buen motivo, pero no unas buenas maneras?, ¿y si su manera de entender el mundo es atravesada, pero en el fondo hay buen corazoncito? Aunque parezca mentira, no voy a ser yo la que justifique a los malos porque, de hecho, suelen caerme fatal y suelo cogerles mucho asco en los libros (pero sobre todo en las series).

Sin embargo, hoy nos acercaremos a la historia de dos villanas que tienen mucho que contarnos y que nos ofrecerá una explicación a esa villanía inútil que encontramos a veces en algunas personas. El libro en cuestión es Érase una vez… las villanas de Idoia Amo y Eva M. Soler, autoras de sobra conocidas en el blog (Cowboys & Kisses y Anxious), que vuelven a él de la mano de Eva del blog Entre Libros y Tintas en una nueva lectura conjunta.

En todo grupo de amigas existe esa que se alegra de que las cosas te salgan mal. Esa incapaz de disimular su sonrisa cuando apareces con unos kilos de más. Esa que se regocija cuando te despiden de tu último trabajo. 

Esa que sonríe cuando tu corte de pelo se descontrola y acabas pareciendo un crestado chino. Esa cuyos piropos son, en realidad, insultos. “Me encanta tu maquillaje, disimula tu enorme nariz”.

Una invitación de boda pone patas arriba el mundo de Audrey y Briana, dos chicas adineradas acostumbradas a tenerlo todo. Audrey tiene una cuenta pendiente con el novio y no dudará en planear la manera de estropear la celebración con la ayuda de Briana, aunque arrastren al resto de sus amigas durante el proceso.

Érase una vez un plan maquiavélico y una venganza salpicada de romance. Una historia donde, ni los buenos son tan buenos, ni las villanas tan villanas…

A grandes males…

Audrey no lo puede creer, su amiga Terry, sí Terry la del grupo, la que conoció en el instituto, se va a casar. Y lo peor es que no se va a casar con cualquiera, sino con Colin, ¡Colin! Esto no se le hace a una amiga… Por eso, busca consuelo en su otra mitad, en su amiguísima del alma, Briana. Ambas urdirán un plan para arruinar la boda de su amiga, porque no puede ser.

Egocéntricas, dramáticas, ególatras… así podemos definir a las protagonistas que llevan sobre sus hombros la historia de hoy. Ambas nos enseñarán la peor parte del mundo superficial y clasista de la jet set americana desde dos puntos de vista diferentes.

Audrey es una mujer de éxito, ya que es la mejor vendedora de casas de lujo, y consigue todo lo que quiere. Independiente y trabajadora, disfruta de su vida controlando todo y casi a todos (menos curiosamente a Briana). Con una manera poco discreta y sensible de «ayudar» a sus amigas, tendrá el san Benito de ser la borde. Sin embargo, Audrey, de hecho, no puede controlar todo: ni ser la única mujer en su trabajo ni los sentimientos ni a Colin (por supuesto).  En eso se centrará su desarrollo de personaje, evolucionando sin que el lector a penas se dé cuenta, pero de manera constante y sin dudar. La frivolidad será su peor enemigo, ¿podrá con ella?

Briana… qué os puedo decir de ella, es mi personaje favorito. Retratada como la típica niña rica y tonta, enamorada de la purpurina, iremos descubriendo poco a poco que su tontería no reside en ella, sino en su mundo. Su padre decidirá darle un revés y tendrá que empezar a trabajar. Creo que me gusta tanto porque con solo un pequeño impulso Briana comenzará a comerse el mundo, a descubrirse a sí misma y a disfrutar de su vida (y de la de nadie más). Eso sí, no pensemos que no viene con mala leche de serie, cierto es que tiene más don social que Audrey, pero junto a ella será la ejecutora del terrible plan maquiavélico.

Un plan maquiavélico

Y me diréis vale, Laura, guay los personajes pero ¿de qué va la novela? Pues la novela, sin querer hacer mucho spoiler va de una venganza servida en menú completo (primero, segundo y postre) de Audrey hacia Colin. Lo mejor del asunto es que las autoras han conseguido que el lector se ponga desde el principio de parte de estas malvadas amigas que a cada cosa que se les ocurre, peor.

La historia tendrá como hilo conductor la boda, y sus múltiples fiestas, que Terry y Colin han organizado. No penséis que Audrey se volverá loca en cuanto recibe la invitación (bueno es cierto que bebe un poco de más…), no, sino que será el roce, que esta vez no hace el cariño, lo que irá calentando los motores de ambas amigas.

Así se lanza una narración que tendrá sus maldades, pero que hallará hueco también para la reflexión íntima y social sobre qué cosa es eso de la plebe y los que están por encima. Indagará también en la idea de qué es ser una persona autónoma y cómo conseguirlo, en cómo debemos tratar a los demás, los prejuicios, pero también en cómo superarlos. Es decir, que bajo esta narración de frivolidad y purpurina (mucha purpurina), encontraremos temas que no nos quedan tan lejanos.

Mi libreta con purpurina

La narración de Érase una vez… las villanas es  muy completa, ágil y divertida. No solo por las maldades o los clichés, que son muy muy divertidos, sino porque nos hace desconectar mucho del día a día que tenemos nosotros.

Con una ambientación americana cien por cien y una perspectiva altamente femenina, iremos de la mano de Audrey y Briana por los principales hitos y prejuicios de la clase alta americana, viviendo sus dramas y sus alegrías con ellas. Sin embargo, en ningún momento encontraremos a personajes exagerados, la naturalidad en los diálogos y en las descripciones no permiten que nos sumerjamos sin peros en la novela.

No obstante, la purpurina a veces se cae. En este sentido, felicito a las autoras por el personaje de Colin. No diré mucho, pero me ha hecho sentir realmente incómoda hasta el punto de tener que parar de leer y respirar un poco. No es oro todo lo que brilla, desde luego.

Os recomiendo mucho la novela, como os digo, es divertida, ágil y sirve tanto para desahogar nuestra mala leche, como para echarnos unas risas con esas pequeñas maldades que no podemos evitar. Os invito a descubrir la purpurina y la lencería de la Perla de la mano de nuestras dos villanas favoritas. Espero que os guste.

El libro en el Bolsillo

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