[AI.IV] Más allá de. Sobre ‘Vampiros… y más que vampiros (una antología de horror y sangre)

Una de las aspiraciones que tiene el ser humano una vez que la muerte sobreviene es que la persona que ha pasado a mejor vida tenga un buen y eterno descanso. Esa idea de eterno es quizá una de las obsesiones que más se ha repetido a lo largo de la historia de las civilizaciones, a pesar de que son varias las que creen en la reencarnación, siempre la plantean como un algo que sucede después de un tiempo de descanso. La nada no se contempla, pero parece curioso como lo que nos aterra es que el muerte no vaya para allá, aunque luego tenga que volver en otra forma.

En la parte que reseñamos hoy de nuevo de la antología Vampiros… y más que vampiros (una antología de horror y sangre) publicada por la editorial Valdemar, nos encontramos tres formas de volver y un final inquietante. Espero que os guste.

Sinopsis de obra aquí

Ese problema con la muerte

La muerte y su después es algo que se desarrolla de manera múltiples, dispares y a cada cual más original. 

En este bloque de relatos de la antología lo que encontramos son narraciones que nos muestras diferentes posturas ante el hecho de la desaparición, en unos casos veremos una fascinación desmedida, incluso en algún punto sexual; en otros casos, encontraremos una resistencia feroz ante la muerte y por tanto una búsqueda desesperada de su causa.

En todos ellos, los protagonistas son hombres que buscan algo en este ámbito y esto supone un conflicto con lo estipulado, con una pequeña variante en el tercer relato de mano del maestro de horror (que no terror).

Los habitantes de la isleta Middle, William Hope Hodgson, 1962

Un hombre acompaña a su amigo Trenhern hasta la Isla Nightingale para buscar el barco en el que navegaba su prometida. Cuando la nefasta realidad aparece ante ellos, el barco varado en la orilla de la isleta, lo encuentras como si no hubiera pasado nada. Ahí comienza el misterio.

La verdad es que la premisa del relato es muy sencilla y nos encuadra en ese universo de barcos fantasma que siempre resulta tan inquietante, ya que no tenemos lugar al que huir. En este caso es un hombre que, buscando a su prometida, encuentra el barco en perfecto estado, pero sin habitantes. De este modo imprime la tensión el autor, ya que emplea un foco subjetivo para poder recorrer el barco y nos va narrando en primera persona las impresiones que va suscitando el escenario.

En este sentido, el punto de terror no surge en lo que se ve, sino en lo que se puede imaginar y deducir de lo que nos van describiendo. El final de la obra redunda en la leyenda por la que conocemos que esa isla pide tributo de almas.

Interesante, aunque tradicional, con buena tensión, aunque un poco predecible en su resolución.

El almohadón de plumas, Horacio Quiroga, 1917

En este caso nos encontramos ante el relato que más descolocada me ha dejado de la antología, por la descripción de lo que probablemente es una realidad en muchos países. Esto ha hecho, obviamente, que un relato que en absoluto aterroriza,  te termine dejando con mal cuerpo.

Un hombre recién casado pierde a su mujer porque este se consume sin explicación, como si algo se estuviera alimentando de ella. Y, aunque parece evidente y quizá gran parte podríamos anticipar el final del relato, se suceden dos sensaciones, o al menos en mi caso así ha sido. Por una parte, que nos puede pasar a cualquier en sitios quizá más rurales; segundo, que la descripción que hace el autor de la resolución es tan detallada y gráfica que es así donde sobreviene el escalofrío.

Es un poco críptico lo que os digo sobre él, pero es que creo que ya que es corto es uno de los que merece la pena leer, aunque solo sea por diferente.

El sabueso, H.P. Lovecraft, 1922

Dos jóvenes que tontean con lo oscuro de la vida deciden adentrarse en el ocultismo y profanar tumbas. En una de sus incursiones, en Holanda, encuentran una esmeralda que proceden a retirar de la tumba. Sin embargo, a su vuelta a Inglaterra esta profanación, entre todas las que han realizado, traerá consecuencias.

Quizá el relato de esta tanda que más me ha desagradado, en cuanto a que me ha causado incomodidad, enfado, etc. y no podía ser de otro escritor que de Lovecraft, claro. Ya para empezar, el punto de partida es una profanación de una tumba, con lo que, al menos para mí, ya tenía justificado todo lo malo y terrible que pudiera sucederles a los personajes. Pero es que la historia continua y en ella veremos cómo este robo viene de una obsesión por lo prohibido, que volverá a ellos en forma de venganza de ultratumba.

Lo cierto es que, aunque no he disfruta de lo que se cuenta en la historia, porque todo el rato me parecía que estaba pasando lo que tenía que pasar a los personajes; sí reconozco que me ha encantado la manera de relata que tiene este autor. En él encontramos un equilibrio perfecto entre la descripción y la tensión narrativa, entre lo que sucede en la historia y el ambiente en el que se desarrolla y sobre todo entre las consideraciones morales y las consecuencias de las mismas.

La muerte de Ilalotha, Clark Ashton Smith, 1937

En un antiguo reino muere la cortesana favorita del rey mientras él está ausente. Su reina manda realizar las exequias y esto es lo que encuentra el rey al llegar. Sin embargo, parece que la difunta solo yace dormida. De este modo, decide encontrarse con ella a medianoche en su tumba, en contra de la misma solicitud de su reina.

Terminamos esta tanda con el relato más exótico y más sensual de los que llevamos hasta ahora. En él, el rey de un país lejano ha perdido a su cortesana favorita Ilalotha, una muchacha considerada por algunos de la corte como una hechicera por la capacidad de manipulación que tenía sobre él rey. Esta idea la sigue la reina que solicita al rey en su lecho para que este no acuda a la sepultura de la joven. La idea de fondo que encontramos en la obra en la noción de lamia, esa mujer de oriente que seduce a los hombres para alimentarse de ellos.

En este caso, al estar relacionado directamente con la mujer, el autor empleará un estilo sensual, donde el lector es hechizado de igual manera que el rey. Ciertamente, nos adentramos en el tópico de la mujer que consume, pero con una ambientación interesante y un rival a la altura, la mujer del rey, que también tendrá su hueco en la historia como fuerza de lo que ha de ser.

Cuando comencé a leerlo me descentró un poco el cambio de ambientación tan grande con respecto a otros relatos, sin embargo, ese ambiente medio azteca, medio oriental, me hizo centrarme más en los sucesos. En ese sentido, el relato maneja muy bien el impacto visual a través del medio físico. Un relato diferentes, pero muy interesante.

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Con este relato terminamos la cuarta entrega de la reseña de la antología Vampiros… y más que vampiros de la editorial Valdemar. Espero que os haya gustado y que os animéis a leer alguno de los relatos que menciono, ya que dan para entretenerse y darle una vuelta a qué es eso que nos llama de la muerte y qué buscamos ahondando en ella. Nos vemos en la próxima

El libro en el Bolsillo