[Reseña] De los malvados. Sobre ‘Sierpen. El rey serpiente’ de Verónica Monroy Romeral

El malo de las historias siempre ha sido una figura controvertida porque su justificación no está estereotipada en la mayoría de los casos actuales. En las obras antiguas, este antagonista lo era porque tenía ideas morales diferentes al protagonista (o la norma) y compartían intereses comunes, como el gobierno (justo en el caso del protagonista, injusto en el caso del antagonista) de un territorio, la conquista de una bella dama (consentida para el protagonista, forzada para el malvado), etc. Sin embargo, ahora la figura del malvado a adquirido una nueva dimensión y ha ocupado el sitio del protagonista en tanto que queremos entender sus motivaciones, lo que nos lleva a legitimar todo aquello que va en contra de lo que en la realidad nos parece moral. Y es fascinante.

Así nos adentramos hoy en una novela de una autora que me encanta. Es mi tercera lectura, previamente Aglacei y Freis.Aullido, y una vez más ha conseguido sorprenderme pero bien. La obra es Sierpen. El rey serpiente de Verónica Monroy Romeral, un autopublicado en Amazon que te adentra en un mundo que tiene de todo y más. Espero que os guste.

La Luna de Sangre traerá a los Lanserati un guerrero cuyo oscuro poder sumirá a Vardión en el caos y les devolverá la gloria perdida. Mientras todos celebran su nacimiento, Fristín, la repudiada, da a luz a su hijo: Sierpen.

El misterioso niño pronto demuestra poseer un poder tan especial como maligno, una magia destructiva capaz de hacer sombra hasta a la propia hija del líder. Sierpen crece aprendiendo a controlar sus poderes bajo los ideales de bondad de su madre, pero una dolorosa traición cambiará su destino y le obligará a realizar un viaje que le desvelará quién es en realidad.

Hechiceros, criaturas fantásticas, demonios y batallas mágicas se unen en las páginas de esta novela que narra la gran aventura que dará origen a la leyenda de El Rey Serpiente.

De la calma a la tempestad

En la noche de la Luna de Sangre, nacerá el heredero de la oscuridad, aquel que conseguirá unir el continente de Vardión y restablecer la gloria perdida de los Lansertati. Así lo ve el líder del pueblo oscuro gracias a Arvala, la bruja de la ciudad, sin embargo, algo sucede esa noche a Fristín, la repudiada por todos, la hechicera sin magia. Así nacerán Jaidra y Sierpen. Uno de los dos está destinado a gobernar el caos: Jaidra educada para ser la líder guerrera, Sierpen para tratar a todos con bondad a pesar de sus poderes.

Así se nos plantea un conflicto que durará años en la novela. La trama nos pondrá en el foco a Sierpen, un muchacho nacido de una unión un tanto extraña, destacará por su bondad y su buena disposición para comprender el mundo. Le seguiremos a lo largo de su vida, desde su nacimiento, hasta su conflicto final por el continente de Vardión.

Lo cierto es que a medida que iba leyendo pensaba que el planteamiento era demasiado ambicioso, ya que suponía un período de tiempo bastante extenso y la primera mitad de la novela se centraba muchísimo en la historia de Fristín, su madre, y la crianza del muchacho. Sin embargo, al pasar esa mitad de libro, te encuentras que la autora sabe manipular el ritmo narrativo muy bien y aplicar la ralentización en los momentos de construcción y la agilización en los momentos de viaje. Porque, sí, la segunda parte se centra en el viaje de aprendizaje que hace el muchacho para poder cumplir su misión.

De este modo, a nivel de trama la historia engancha mucho porque te ofrece todo lo que quieres saber, te deja el desasosiego de los personajes que quedan atrás, pero te da el tiempo suficiente para que quieras a los nuevos que aparecen. En este sentido, creo que Sierpen es una historia muy completa.

Las espirales

Ahora bien, dentro de esta historia tan total, sí que he encontrado algún pero, que no había encontrado antes en la autora, pero tenemos que tener en cuenta que esta es su segunda obra y la evolución se nota.

¿Cuál es el pero? Pues que la novela se me ha hecho un poquito larga porque hay determinadas pautas y estructuras  que se repiten en ella. Para que tengáis un ejemplo, cuando se van a enfrentar a un enemigo poderoso, primero se hace un exposición de las complicaciones que se van a encontrar contra él, tanto por el escenario como por las propias particularidades del enemigo, y después en el combate volvemos a ver otra vez todo lo que ya se ha mencionado previamente. Creo que, en este caso, la extensión de la planificación es demasiada si tenemos en cuenta que lo vamos a volver a ver inmediatamente.

Esto me ha ralentizado la lectura y, aunque no ha supuesto que me dejara de gustar, sí que ha provocado dejara la lectura para retomarla después. Así pasa con la relación con algunos personajes o con el ir y venir del protagonista. Sin embargo, como os decía más arriba, es una obra temprana de la autora y con esto me ha encantado y la figura de Sierpen está genial.

El malvado

Y así, como en otras obras de la autora, como Aglacei, volvemos a la idea de plantearnos qué consideramos realmente malvado y qué, de hecho, lo es. Este cambio de protagonista, donde encontramos a un personaje que por definición, y a su pesar, va a ser el que podamos identificar con lo malvado en la novela, Verónica lo maneja magistralmente.

El porqué es muy sencillo, no se parte de que algo por definición sea bueno o malo, pero tampoco se justifica con las circunstancias. Precisamente, ese cuestionamiento de lo que es malo es lo que nos lleva  querer mirar con lupa lo que hacen los personajes y que nos planteemos sinceramente, si lo es o no lo es.

En este sentido, Sierpen nos va a tener en contradicción constante, porque además en su caso se añade el hecho del destino y esa idea de no poder escapar a él. Por el contrario, Jaidra nos planteará que las acciones no son inherentemente malvadas, sino que depende de quién las ejecute y para qué, como es su caso. Ambos personajes nos harán disfrutar de este duelo no solo por controlar el caos sino también por ver la relatividad de los valores.

Yo quiero más de esto

Sin embargo, más allá de aquel pero y del gozo de reflexionar y plantear qué es lo malvado y todo eso; nos encontramos con una novela de fantasía completísima. Los personajes y seres de la obra están creados con un detalle y una originalidad muy propios de Verónica. Por su parte los escenarios están muy detallados y somos capaces de movernos por el continente de Vardión con mucha facilidad por su prosa, que es una pasada en las descripciones y diálogos.

Además, los personajes están construidos con unos cimientos muy sólidos, pero a los se les permite evolucionar y cambiar a lo largo de la obra. Es precisamente aquí donde está la genialidad de la autora y lo que permite que los temas tratados en la novela transciendan a ella y proporcione al lector a parte de una lectura que engancha y disfruta, una historia que se le queda en el recuerdo. Espero que os animéis con ella.

El libro en el Bolsillo

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